viernes, 1 de noviembre de 2013

¿DESARROLLAR LA GLÁNDULA PINEAL? ¿CÓMO?

Lo primero que nos corresponde entender claramente es que el
universo es multidimensional, y por tanto, nuestro cuerpo también.

Desafortunadamente, con nuestros sentidos sólo percibimos
el mundo de tres dimensiones pero en la anatomía oculta del
ser humano existen otros sentidos que, convenientemente
desarrollados, nos permiten percibir las dimensiones superiores.
Ahora esos sentidos se encuentran inactivos, cerrados.

El cuerpo del ser humano es tetradimensional y no de tres
dimensiones como se piensa habitualmente. El aspecto
tetradimensional del cuerpo físico se llama cuerpo vital o cuerpo
etérico y forma una unidad, un todo, con el cuerpo físico. La vida
sería imposible, ni siquiera por un momento, sin la existencia del
cuerpo vital.

Todos los seres humanos nacemos con esos cuerpos y ambos,
físico y vital, tienen su propia anatomía y su propia fisiología.

Otra cosa muy diferente es lo que podríamos denominar un
“hombre auténtico”. Éste es el resultado de profundos trabajos
dentro del ser humano. Como resultado de esos trabajos alquímicos
nacen otros cuerpos que nosotros no tenemos creados y que se
llaman astral, mental y causal. Estos cuerpos permiten al hombre
auténtico tener existencia real en esas dimensiones.

Esta explicación nos permite entender que en la anatomía oculta
del hombre hay una correspondencia entre todos los cuerpos. Así,
en el cuerpo físico existen glándulas endocrinas que tienen su
correspondencia en el cuerpo vital, y también en el cuerpo astral
de quienes lo tienen creado. Donde aquí existe una glándula, en
esas otras dimensiones existen plexos y chakras. Esta anatomía
oculta del hombre es desconocida totalmente por la ciencia oficial o
académica. Por eso se puede afirmar que en el cuerpo humano, a
pesar del microscopio electrónico y la investigación sobre el ADN,
queda mucho por descubrir.

Los siete lotos de los yoguis, las siete luces del candelabro de los
hebreos, las siete Iglesias, etc. son símbolos o alegorías de los
siete centros magnéticos del cuerpo humano o chakras, que se
corresponden con las siete glándulas endocrinas principales, y

que es necesario desarrollar para despertar todas las facultades
latentes.

El prana o energía vital es recibido por los chakras y circula a través
de ciertos canales, denominados nadis, de distintos tamaños y que
se distribuyen por todas partes a semejanza de los nervios, venas y
arterias. Los nadis no pueden ser vistos por el ojo físico, porque son
canales supradimensionales.

En el mundo existen multitud de teorías y sistemas destinados a
desarrollar, activar o equilibrar los chakras. Toda esa literatura de
tipo pseudoesotérico es algo sin valor real, que tan sólo sirve para
“andar por casa”. Con todos esos sistemas jamás se podrá lograr el
desarrollo objetivo de los chakras. En el mejor de los casos, tan sólo
se lograría una actividad incipiente y subjetiva de los mismos pero
jamás su desarrollo íntegro.

Bien saben los adeptos de la sabiduría oculta que el desarrollo
objetivo de los chakras, y de todas las facultades que ellos
confieren, solo es posible mediante el magisterio del fuego.

Las siete Iglesias entran en intensa actividad con el ascenso del
Kundalini a lo largo del canal medular. El Kundalini es el fuego
solar, encerrado en los átomos de cierta energía que se elabora
en el laboratorio humano. El Kundalini es la energía primordial
encerrada en el chakra Muladhara y que se desarrolla y progresa de
acuerdo con los méritos del corazón.

Mediante la ciencia transmutatoria, el Kundalini despierta y
asciende a través del canal medular y conforme asciende pone en
actividad cada uno de los siete chakras. Esta energía del Kundalini
siempre estuvo representada por la serpiente en todas las culturas.

Los chakras que se corresponden con las gónadas y la glándula
pineal, tienen una íntima correlación y el Kundalini debe conectarlos
mediante el fuego. Así, y sólo así, es como se logra el despertar
objetivo y definitivo de todas las facultades de los chakras.

El Kundalini coordina la actividad de los siete chakras. Esto
se puede representar por una vara con siete rosas. La vara
representaría la columna espinal y las rosas representarían a los
siete chakras o centros magnéticos. Los tallos de estas siete rosas
son los finos hilos que los unen a la columna espinal.

El último chakra que se abre es el que está íntimamente
relacionado con la glándula pineal y es el chakra Sahasrara. Éste
resplandece en la cabeza de los santos. Cuando el Kundalini llega
a la glándula pineal, entra en actividad dicho chakra y la persona
desarrolla objetivamente la intuición y otras facultades que le
permiten percibir los aspectos supradimensionales de la naturaleza.

Toda esa serie de “técnicas” que existen en el mundo para
despertar los chakras constituyen en sí mismas una lamentable
pérdida de tiempo en sus practicantes. Para el desarrollo objetivo
y en plenitud de todos los chakras no existe ningún procedimiento
ajeno al magisterio del fuego, a la ciencia transmutatoria, a la
antigua alquimia. Y quien quiera de verdad transformarse deberá
buscar y poner en práctica esas enseñanzas.

Si en vez de convertir el templo del Dios Mercurio (alusión al
sexo) en un campo deportes, las gentes hubiésemos transmutado
nuestras energías, a estas horas tendríamos una conexión real
entre los chakras Muladhara y Sahasrara, todos percibiríamos las
dimensiones superiores y todos tendríamos desarrolladas esas
facultades superiores que ahora se encuentran en estado latente.

La conclusión es que no debemos entretenernos con técnicas
inútiles porque además de ser una lamentable pérdida de tiempo,
seguramente vaciará nuestras carteras.

La verdadera enseñanza siempre fue gratuita en el curso de
la historia y quien busca encuentra. Cuando el discípulo está
preparado, el Maestro o la enseñanza siempre aparece.

1 comentario:

  1. De acuerdo contigo al 100%
    Si os apetece podéis descargar gratis mi libro en www.laclaveYAM.com donde algo se habla también de estos temas
    No conocía la teoría del cuerpo vital tetradimensional, me ha parecido muy interesante,

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